“Sabiendo quiénes somos y que tenemos tanto lo fuerte como lo no tan fuerte, tendrá más valor, influencia y sentido nuestra vida y con ello la relación con el mundo que nos rodea” l revisar las definiciones de la palabra identidad, la RAE determina: 2. f. Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. 3. f. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás. 4. f. Hecho de ser alguien o algo el mismo que se supone o se busca. Estas definiciones tienen componentes importantes. Al revisar el primero nos habla de algo único que nos hace ser lo que somos. El segundo con un toque de profundidad en saber lo que somos y lo que nos hace diferentes, y el tercero nos lleva por el proceso de buscar ser alguien que se ha especificado. La identidad siempre ha sido una labor titánica que desde las edades tempranas se nos inculca que debamos tener. Muchas veces se suele construir la identidad basada en las cosas del exterior que solemos poseer. Algunos ejemplos están a nuestro alrededor. Ejemplos algunos se identifican por sus sentimientos, por sus pensamientos, por sus acciones. La pregunta es si eso realmente define lo que somos; o mejor ¿Somos definidos por nuestros pensamientos, palabras, acciones, pensamientos?, la respuesta para algunos es que si, y muy probablemente sea cierto. Más allá de la respuesta el sentido de la pregunta nos invita a definir quienes realmente somos cada uno de nosotros, en caso de que esto no esté claro es muy probable que nos veamos afectados e influenciados por lo que otros dicen o creen que cada uno de nosotros somos. En otras palabras. Sino sabes con algo de claridad quién eres, estaremos siendo definidos por la opinión y conocimiento de lo que otros opinan. Eso no está mal si alguien lo piensa, vivimos nuestros primeros años de nuestra vida, definiendo quienes somos, basados en lo que nuestros padres, amigos, hermanos y/o externos nos dicen que debemos ser y con ello construimos nuestra identidad. Cuando llega la edad adulta y empezamos nuestro propio camino, empezamos a ver si muchas de esas cosas son ciertas y otras no. ¿Lo estamos haciendo?, ¿De qué forma esto te pasa? Es cuando comenzamos a confrontar el mundo que se nos ha dado, con el que hemos creado y construido y con ello aparecen muchas cosas que en algunos casos son miedos, frustraciones, pero también afirmaciones y reforzamientos que nos hacen ser quienes somos. Por tanto nuestra identidad vive en un continuo movimiento, no es estática y lo que durante algunos años de nuestra vida, los primeros se construyó como nuestra identidad, en la medida que navegamos por las aguas de nuestra vida, podremos ver si eso es verdaderamente cierto o no. Lo interesante de ello es que cada uno de nosotros es autónomo para hacer ese viaje. Esta es una de las tareas propias del liderazgo personal, este es uno de los desafíos personales más interesantes de liderar nuestras propias vidas. Encontrar una identidad clara y propia más allá de lo que ya podamos haber construido en los primeros años de nuestras vidas. El libro sabio tiene un ejemplo interesante. “Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.” Juan 1:6-8. “..Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? (B) Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta?(C) Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; más en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.” Juan 1: 19-27. En esta historia, se refleja parte de lo que la Identidad es para alguien, el relato muestra como alguien sabe al menos quien es y cuál es su rol, tiene clara su identidad y con ello la oportunidad para saber su posición y por tanto de la misma manera no ser influenciado por otros acerca de lo que él es. En nuestros tiempos actuales es necesario tener una identidad y si al menos no tenemos claro quiénes somos, por lo menos empezar por el lado contrario de la misma pregunta ¿Quién no soy?, es una buena forma al menos de comenzar a encontrar esa esencia única y verdadera que estará muy seguramente conectada con la verdad única del arquitecto universal de la vida que tiene claro quiénes somos y quienes no somos. Por tanto una manera que se recomienda para empezar a responder esas retóricas preguntas como muchos de nosotros definimos la pregunta ¿Quién estoy siendo?, podemos comenzarla por el principio contrario a la pregunta ¿Quién no soy?, Buscando lo que no describe, no me define, lo que no me hace ser. No importa cuál sea esa respuesta, es única y personal y es un camino interesante porque nos hace tener conciencia de donde no estar y donde no ubicarse. Con ello puedo transitar el camino a donde se puede sentir el individuo más cómodo. ¿Qué no soy?, Igual que la anterior ayuda a definir todas aquellas características que no tengo, y con las cuales no puedo contar ¿Cómo no soy?, De la misma manera buscar con cuáles comportamientos no me siento cómodo y con ello definir con mayor claridad las posturas que me definen. Recordemos Relacionarnos con nosotros mismos es el paso crucial que nos permite hallar nuestra identidad y con ella empezar a liderar nuestras vidas de una forma mucho más significativa, donde el valor de la misma se realza al punto de encontrar ese máximo potencial con el cual ya fuimos dotados. Nuestra identidad pasa por conocernos a nosotros mismos, nuestros puntos fuertes, nuestros puntos no tan fuertes y con ello tener claro lo que somos, y lo que no somos. La identidad pasa por aceptarnos como somos y con ello tener nuestras propias conversaciones personales que nos impulsen en la relación con nosotros mismos. Feliz Navidad. Que estas fiestas les permitan a todos ustedes encontrar ese líder único y verdadero que tienen y con ello construir la realidad que para sus vidas está destinada. Referencias http://frasedelaseman.blogspot.com.co/2017/12/prosperidad.html http://mailchi.mp/fec347baf217/man-del-lunestrabajar-con-las-personas-cuando-son-dificiles-1415701?e=c36367e7ae https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas+2%3A4-20%3B+Juan+1%3A1-5%3B+Colosenses+1%3A15-20%3B+Hebreos+1%3A1-3&version=RVR1960;TLA;NTV;NVI;RVC https://manadelider.blogspot.com.co/2017/12/ligero-de-equipaje.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+manadelider+(Man%C3%A1+del+L%C3%ADder) https://www.biblegateway.com/passage/?search=Juan%201%3A1-40&version=RVR1960;TLA;DHH;NBD;NVI http://dle.rae.es/?id=KtmKMfe http://jesuscaminoverdadvida.blogspot.com.co/2012/10/que-dice-dios-traves-de-la-biblia-sobre.html http://pastorrick.com/devotional/spanish/abraza-tu-identidad-en-cristo
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En nuestros días es muy común escuchar la frase que se repite en nuestro vocabulario "Tengo que convencer a...", o en su defecto cuando se hablan en una conversación es común escuchar "es que tienes que convencer a...". Al revisar la palabra convencer la RAE menciona:
1. tr. Incitar, mover con razones a alguien a hacer algo o a mudar de dictamen o de comportamiento. U. t. c. prnl. 2. tr. Probar algo de manera que racionalmente no se pueda negar. U. t. c. prnl. Las dos definiciones ponen a prueba dos cosas: 1. Es una acción de quien decide hacerlo "Incitar/Probar". Es decir yo tengo el poder y la decisión de hacerlo, no es una obligación hacerlo. 2. Debemos tener argumentos, las definiciones propuestas ponen de manifiesto que convencer es una acción que requiere argumentos. Es decir para convencer a otros o a uno mismo se debe querer hacerlo y dos tener argumentos suficientes para que esto suceda. No es lo mismo convencer que influenciar, el primero está centrado desde la vista de argumentos y racionalidad, el segundo esta instado desde la esencia propia de lo que uno es como individuo. Convencer es un acto propio que debemos saber usar cuando hay la situación para hacerlo. La pregunta en este punto es a ¿quién tenemos que convencer?, es mas ¿porque debemos convencer a otros?, ¿Qué es lo que buscamos demostrar?; muchas veces inclusive utilizamos el convencer como un instrumento para imponer nuestra voluntad solamente porque sí; porque en nuestro entendido racionamiento creemos que tenemos la verdad única, o en el otro extremo porque creemos que es necesario que debamos ser aprobados. El convencer tiene aristas muy densas a la hora de usarlo y al revisar puede que no tengamos puntos medios, o lo usamos para ser aprobados, o lo usamos para ejercer nuestra verdad sobre otros. ¿Cuál estamos usando?, ¿Cómo sabemos que estamos tratando de convencer a otros? En los libros sabios hay historias muy interesantes que pueden poner de manifiesto que no es requerido y/o necesario estar pensando en convencer a otros. “Después de mí viene uno más poderoso que yo…” Marcos 1:7ª (NVI). Interesante que al leer todo el relato de Marcos y la historia que cuenta acerca de lo que Juan el Bautista decía, él nunca trató de convencer a nadie de los que le oían sobre la venia de lo que él llama alguien más poderoso, simplemente contaba que alguien más vendría y nos pone de manifiesto que es nuestra tarea, con la convicción clara de que es tu decisión creer o no creer. Este podría ser un buen ejemplo para ponerlo a nuestra vida. El éxito de nuestra vida no está en convencer a otros de que lo que hacemos es válido. A lo mejor es necesario simplemente que nuestras acciones hablen por nosotros mismos, y que influencien en la vida de otros si es que así lo deseamos. A lo mejor dejar de preocuparnos por convencer a otros y/o a nosotros mismos, nos permita emplear la energía o reorientar la energía de nuestros esfuerzos en lograr el objetivo propuestos. Los líderes actuales y los que son bien reconocidos creo que tienen claro esto. Pongamos de ejemplo este tema. No es probable que Bill Gates, Barack Obama, Mark Zuckerberg, Mala Yousafzai, Nelson Mandela, Mahatma Gandhi, Gabriel García Márquez; entre otros muchos representantes reconocidos de las vidas de muchos de nosotros, dedicasen tiempo y energía a pensar en cómo tenían que convencer o a quien tenían que convencer para hacer lo que hicieron y dejar la huella que dejaron; ellos solamente desarrollaron sus acciones con claridad y más pensando en la influencia que esto podría producir que en la aprobación que podría requerir de otros para llevar a cabo sus acciones. Esa tal vez es una buena pregunta para que todos nos quedemos con ella. ¿A quién tenemos que convencer?, que tal si la convertimos en un ¿a quién podremos influenciar?, qué pasaría si esta pregunta no la hacemos como parte del ejercicio de construir nuestra vida. En el convencer hay acciones claras que buscan la demostración, buscan que nos centremos en justificar que tenemos validez por lo que hacemos y para lo que existimos. Si pensamos en actuar más allá del convencer, a lo mejor estemos encontrando esa fuerza adicional o extra que requerimos como líderes de nuestras vidas para poder construir esa anhelada felicidad que tanto se desea. Así las cosas dejo estas preguntas para la reflexión: ¿De qué forma podemos dejar el convencer?, ¿Cuál podría ser tu próxima acción donde podrías dejar de convencer a otros de tu acción?, ¿De qué forma está basado tu liderazgo personal?, ¿Cómo podrías pensar distinto acerca del convencer e influenciar? Feliz día. Referencias https://www.biblegateway.com/passage/?search=Marcos%201%3A1-13&version=RVR1960;TLA;DHH;NBD;NVI http://dle.rae.es/?id=Afgozoa https://manadelider.blogspot.com.co/2017/12/la-nina-de-las-manzanas.html http://pastorrick.com/devotional/spanish%2fno-importa-qu%C3%A9-tan-mal-has-estado-dios-te-mostrar%C3%A1-misericordia?roi=echo7-31770585393-52043555-97badf02aaeb5d064a85e33648ca4d3e& http://mailchi.mp/86fa84677924/man-del-lunestrabajar-con-las-personas-cuando-son-dificiles-1409709?e=c36367e7ae https://frasedelaseman.blogspot.com.co/2017/12/pensar-distinto.html Hablar de la palabra esperanza es hablar de muchas cosas y en algunos casos se ha usado con demasiado entusiasmo. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define a la esperanza como: Esperanza: Det. esperar. Una de sus definiciones se centra en: "Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea." Hay dos cosas claves primero que esperanza no es una ilusión, de donde nace la palabra es de la acción esperar. Es decir que la esperanza involucra una acción propia de un individuo quien decide voluntariamente el esperar algo. En la definición vemos cuando se conjuga esa espera con un estado emocional de alcanzar algo que se desea. Si ponemos todo esto junto tenemos entonces que un sujeto desea algo que para sus ojos es alcanzable y por tanto espera como su acción voluntaria que esto se cumpla. Una de las cosas implícitas en la espera no es precisamente la pasividad de estar inmóvil a que las cosas sucedan, por el contrario se espera que se pueda alcanzar sin olvidar que sin acción no habrá resultados. Quien tiene esperanza aplica el principio de "esperar con convicción sabiendo que debe actuar con decisión". Es muy diferente la ilusión de la esperanza, estas se pueden diferenciar si ponemos de por medio sobre lo que confiamos. Muchas veces se suelen confundir. La esperanza involucra confianza en algo, y alguien. En la ilusión suele no existir confianza solo un anhelo que se desconecta y que no permite que nosotros desarrollemos la acción que debemos realizar. La esperanza involucra poner el esfuerzo y el foco de atencion en las acciones propias con las que se busca alcanzar una meta, teniendo claro que es bueno confiar en la inteligencia superior para que nos permita de la mejor manera desarrollar nuestras acciones en pro de alcanzar un objetivo. De los líderes de hoy se demandan que tengan esperanza no como un alimento solo emocional y sensible que se ve y es percibido por sus liderados; por el contrario se espera que transmitan esperanza como esa capacidad de confiar en que las cosas saldran y que mas alla de las acciones propuestas hay alguien mas sabio, y prudente que sabe que todo será realizado conforme a un trazo ya definido. El libro sabio tiene bastantes ejemplos de lo que la esperanza representa mas alla de un simple estado emocional que puede ser confundido con los anhelos y muere a la orden de cada anhelo no realizado. Muchas de las historias del antiguo testamento son precisamente eso, ejemplo de lo que es esperar con acción. "Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver;" Génesis 46:4. Como ejemplo no le decía quédate quieto y deja que yo haga, el texto le menciona que mientras el caminaba tendría compañía. Interesante esto porque muchos de nosotros aplicamos el principio de esperanza, esperando con actitud pasiva y en algunos casos inmóvil y eso a la luz de este libro sabio así como otras lecturas parece no ser la respuesta. Esperanza por tanto involucra, la acción de hacer las cosas que creemos correctas, confiando en nuestro interior que hay alguien que supervisa y guía, que no es un capricho nuestro sino que por el contrario nos dimos la oportunidad de conversar con ese interior profundo que orienta, dirige, y aconseja de manera sabia a nuestro actuar para llevar a cabo la acción y conseguir la meta deseada y con ello ver en la espera un fruto de nuestro esfuerzo. La esperanza involucra ser el líder de nuestra propia vida, donde la acción esta involucrada como herramienta para alcanzar nuestros desafíos con la clara convicción de que debemos confiar en un camino que vamos caminando, y que con la guía adecuada seguro que lo lograremos. La esperanza entonces involucra. Saber que vamos a alcanzar una meta, Actuar para lograrlo, Confiar en la Guia y por tanto Esperar el resultado. De esta manera dejo para todos estas preguntas para sus reflexiones. ¿De qué manera defines tú la esperanza?, ¿Cómo puedes usar la esperanza como una herramienta de acción?, ¿Cuál puede ser la próxima acción donde utilices la esperanza?, ¿En quién crees que puedes confiar para lograr tu próximo desafío? Recordemos. Somos un universo lleno de movimiento, en el cual nuestras metas y deseos son solamente definidos, y alcanzados en la medida en que confiemos, actuemos, sepamos y esperemos que ello se realizará. Referencias RAE Maná del Lunes Maná del Líder Biblia y Esperanza |
AutorAndres Ricardo Almanza Junco. Historia
Mayo 2024
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